martes, 7 de julio de 2015
Estrategias para lograr los propósitos de tus hijos
Estrategias para lograr los propósitos de tus hijos
Por: Tatiana Quinchanegua
¿Es usted de aquellas personas que se come las uvas y, al tiempo, repite mentalmente, o en voz alta, los deseos que tiene para el próximo año? Además, ¿inculca este ritual en su familia y, especialmente, en sus hijos? Aunque la fe mueve montañas, es importante que las personas tengan presente que cada deseo puede ser sinónimo de proyectos.
Según Víctor Yale, experto en gestión de proyectos, estos se logran “planteando objetivos concretos y fáciles de medir en tiempo y en alcance, es decir, establecer lo que se quiere lograr. Si no, no arranca”. Por ejemplo, en este caso, los niños deben saber que si quieren una chocolatina el fin de semana, deben ahorrar por lo menos 100 pesos diarios para poder comprarla.
Una vez se establezcan los objetivos, se deben buscar estrategias divertidas y creativas sobre cómo lograrlos; es decir, si tienen 200 pesos de onces, pueden ahorrar la mitad para que, de esta manera, no desfallezcan en el intento. Otra opción es motivarlos con pequeños trabajos para que se ganen el dinero.
Un buen ejercicio es enseñar a escribir a los niños cómo van en el logro de sus objetivos. De esta manera sabrán en qué están fallando (si lo están haciendo), identificarán nuevas posibles estrategias para alcanzar sus logros y serán felices al sentirse responsables y ejecutores de su trabajo.
Es deber de los padres propiciar a sus hijos los recursos físicos y emocionales para lograrlos. Es probable que en algún momento del proyecto los niños se sientan frustrados, pero se les debe motivar a seguir trabajando.
En el caso de los niños, también se les debe orientar para plantearse objetivos, ya que según Liliana Zambrano, directora académica de Aseia, “el cerebro del ser humano trabaja por un principio llamado teleológico, eso quiere decir que para la mente de un niño es importante presentarle un trabajo y concluirlo. En psicología del desarrollo, esto se debe enseñar entre los 3 y 4 años (o antes), poniéndoles pequeñas tareas en su casa, jardín o colegio, y de esta forma animar el proceso de independencia de los infantes”. Cada 21 días sería apropiado replantear objetivos, ya que es el tiempo que sabemos que el cerebro necesita para general un hábito, en ese momento se hace un proceso de retroalimentación y se decide fortalecer ese objetivo o cambiarlo.
Es importante que los niños entiendan que los objetivos y la consecución de los mismos es un proceso de planeación, acción y retroalimentación; entonces, será importante que ellos entiendan que todo tiene un proceso y se les debe reforzar en qué parte del proceso van.
En el caso de la Programación Neurolingüística (PNL), anima a que todos los retos en la vida se pueden conseguir; algunos necesitarán más esfuerzo y constancia que otros, pero lograremos todo lo que nos propongamos con inteligencia y amor.
En estos términos, los buenos propósitos para el año nuevo no son solo para los adultos. En el caso de los niños, tener objetivos debe ser una actividad divertida y atractiva, que les permita aprender a fijar metas. Es importante que en la lista de propósitos se vislumbre el hecho de terminar todo lo que se empieza. De esta forma se fomentará la persistencia y alimentará la autoestima de los niños cuando se vean capaces de concluir las tareas.
Tanto los adultos como los niños deben ser conscientes de que un año nuevo es un buen escenario para empezar vida nueva. Antes de hacerlo, es clave hablar de todo lo bueno y lo malo que ha sucedido durante el año que culmina. Es una forma de enseñar a los niños a aprender de los errores. Una de las metas puede ser no repetir las experiencias malas que han tenido en el año que se termina. Es determinante que los padres animen a los niños a mirar siempre adelante. Que todo se puede cambiar para mejor.
Propósitos por edades
Antes del primer año
En esta etapa podría decirse que son los padres quienes deben pensar los objetivos de sus hijos, que especialmente están orientados a su desarrollo. Durante el primer año, según la doctora Carolina Molina, psicóloga especialista en clínica y desarrollo infantil, esta edad “es como una cajita de sorpresas, porque es el momento en que el infante empezará a comunicarse con el mundo que lo rodea, a balbucear sus primeras palabras y reconocer a su familia”.
También estos primeros 12 meses serán fundamentales para el adecuado desarrollo motriz, el lenguaje, el área cognitiva y socioemocional del bebé. Además, es de gran importancia para el desarrollo posterior de su personalidad y de la forma como ellos van a enfrentar el mundo con sus pensamientos, emociones y conductas.
Algunos de los objetivos de los padres deberían ser:
1. Aprender a conocer al bebé y su ritmo, esto quiere decir su sueño, alimentación, comportamiento y hasta su llanto. De esta forma, se favorecerá el bienestar del niño y se fortalecerá el vínculo entre padre e hijo.
2. Visite al pediatra para llevar un adecuado control de su talla, peso, crecimiento y desarrollo.
3. Construir un plan adecuado de alimentación que supla todos los nutrientes que el bebé necesita. La leche materna es el alimento ideal para el niño, mínimo durante los primeros seis meses de vida.
4. Estimule la inteligencia del bebé a través del juego, compre juguetes adecuados para su edad y que los comparta.
La Academia Estadounidense de Pediatría tiene una lista muy buena de propósitos que los niños deberían tener por edad:
En edad preescolar
- Limpiar los juguetes y ponerlos donde deben estar.
- Cepillarse los dientes dos veces al día y lavarse las manos después de ir al baño y antes de comer.
- No molestar a perros ni a otros animales de compañía –incluso a los que se muestren amistosos. Evitará ser mordido al mantener los dedos y la cara lejos del animal.
Niños de 5 a 12 años de edad
- Beber leche y agua, tres veces al día, y limitar los refrescos y las bebidas de frutas a una vez cada día.
- Aplicarse protector solar antes de salir al aire libre en días soleados. Tratar de permanecer en la sombra siempre que sea posible, y usar un sombrero o gorra y gafas de sol, en especial cuando esté practicando algún deporte.
- Tratar de encontrar un deporte (como baloncesto o fútbol) o una actividad (como jugar a la roña, saltar la cuerda, bailar o andar en bicicleta). Hacerlo al menos tres veces por semana.
- Siempre usar un casco cuando ande en bicicleta.
- Siempre usar el asiento de seguridad cada vez que vaya en un automóvil. Sentarse en el asiento trasero y usar un asiento elevado hasta que sea lo suficientemente alto como para usar un cinturón de seguridad de regazo y hombro.
- Ser amable con otros niños y quienes necesiten amigos –como alguien que sea tímido, o que sea nuevo en el colegio.
- Nunca dar por internet información personal, como nombre, domicilio, el nombre de la institución educativa ni número de teléfono. Asimismo, nunca enviar sin el permiso de los padres una fotografía a alguien con quien haya conversado en internet, a través del computador o celulares inteligentes.
En materia de alimentación:
- En casa se deben mejorar los hábitos alimentarios. No obligue al niño a comer todo lo que se le sirva. Es mejor calidad que cantidad, y es bueno que ellos aprendan a distinguir esa diferencia.
- Establecer una rutina con horas fijas de comidas y refrigerios. Tenga presente que los niños que comen sus comidas con la familia consumen más frutas, verduras, fibra, alimentos ricos en calcio y vitaminas.
- Una vez que los niños tengan la edad suficiente, fomente que coman por sí mismos tanto como sea posible.
- La leche y el agua son las mejores opciones de bebidas para su hijo.
Después de los 2 años, ofrézcales leche baja en grasas.
- Los niños pueden ser exigentes al principio, pero no permita que el rechazo a un nuevo alimento le impida volver a intentarlo. Ofrezca los nuevos alimentos varias veces de diversas maneras. Para los bebés, puede que necesite incluso intentarlo de 10 a 15 veces a lo largo de varios meses. Los padres son altamente influyentes y pueden servir como el mejor modelo a seguir del niño.
En torno al juego
- Promueva el juego activo con sus hijos, en el parque, en el patio, en la calle. Haga que la actividad física sea parte de la rutina cotidiana de su familia. Reduzca la cantidad de tiempo que permanece en dispositivos que limitan el movimiento, como los coches y los asientos con resortes.
- Limite el tiempo de pantalla, incluyendo la televisión, los videojuegos y las computadoras, a menos de dos horas al día. Evite colocar computadoras o televisores en los cuartos de los niños para que puedan dormir lo mejor posible.
- Anime a sus hijos a tomar parte en equipos deportivos, clases de gimnasia y danza, y otras actividades que hagan que se muevan.
Enseñe el hábito del ahorro
Martha Liliana Cavanzo Ortiz, gerente de Inverkids S.A.S. recomienda: • Compartir e intercambiar las pertenencias para enseñarles el concepto de valor.
- Las alcancías son importantes, siempre y cuando se establezca un objetivo.
- Llevarlos de compras: les dará una lección sobre presupuesto.
- Jugar a la tienda o darles un trabajo pequeño: les enseñará que los negocios cuentan y que las responsabilidades se deben asumir.
En el colegio:
Rosa Julia Guzmán, directora de la maestría en Pedagogía de la Universidad de La Sabana, recomienda:
- Los niños no aprenden solos, ellos repiten lo que ven en su entorno inmediato.
- Establezca horas para el almuerzo y para ir a la cama. Estudie con él, eso lo animará. Incluso podrían competir a ver “quién termina primero la tarea”.
- No le haga la tarea, él puede hacerla solo.
- Los padres deben asegurarse de que el niño entendió la instrucción de la tarea. Comience por la más difícil. Si es muy larga, fragméntela.
- Si nota que él hace caras de que no entendió, repita la instrucción.
- Procure que su hijo tenga todos los recursos a la mano; él intentará excusarse por algo. Seguramente querrá dar vueltas en lugar de concentrarse.
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