lunes, 18 de febrero de 2013

ANOREXIA

La anorexia significa perdida de apetito.
Cuando un niño presenta inapetencia utilizamos
el término de "anorexia", cuyas causas solemos clasificar en tres tipos:

1. Anorexia orgánica: Habitualmente debido a una
enfermedad del organismo subyacente (infección
de orina, cuadro catarral, etc) que provoca
inapetencia. Es una forma de inapetencia que
deberá investigarse cuando se acompañe de otros
síntomas.

2. Anorexia funcional: Hace referencia al niño que
"desde siempre come muy poco", una forma
frecuente de inapetencia que suele ser debida a
una alteración en el desarrollo del hábito
alimentario y que, algunas veces, repercute en el
peso. El tratamiento fundamental consiste en la
reeducación de los hábitos alimentarios del niño
que, cuando son más mayorcitos, suelen adquirir
con facilidad. Puesto que, muy probablemente,
habrá oído hablar de ciertos medicamentos que
estimulan el apetito, mal llamados "vitaminas", es
importante señalar que el uso de éstos, más
correctamente llamados fármacos orexígenos, deben
quedar restringidos para casos concretos y
siempre bajo la supervisión de un pediatra. Lo
habitual en estos casos, y ya que estos
tratamientos no suelen ser claramente efectivos,
es objetivar que dicha inapetencia no repercute en
la ganancia de peso y talla.

3. Anorexia nerviosa: Enfermedad propia del sexo
femenino y de la adolescencia en la que la
inapetencia tiene un origen psicológico;
inicialmente conservan el hambre pero se niegan a
comer para adelgazar y mejorar su imagen
corporal. El diagnóstico certero de "anorexia
nerviosa" debe establecerlo un Médico habituado
a este problema y debe sospecharse cuando se
produce una percepción delirante del cuerpo (se
siguen viendo gordas pese a estar delgadas) y
pérdida progresiva del peso. En fases finales se
producen trastornos endocrinos (falta o desorden
de reglas, etc), depresión, ansiedad, etc. El
tratamiento en fases avanzadas puede ser muy
difícil y requiere, entre otras medidas,
psicoterapia.

martes, 12 de febrero de 2013

CONJUNTIVITIS

CONJUNTIVITIS

¿Qué es?
Conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva. La conjuntiva es la capa más externa del ojo, que recubre la zona visible del globo ocular y la parte interior de los párpados.
La conjuntiva es casi transparente en condiciones normales. La conjuntivitis puede ser infecciosa ( por bacterias o virus), alérgica , irritativa ( por la presencia de un cuerpo extraño en el ojo) o química (causada por una sustancia química). La mayoría de las conjuntivitis infecciosas son leves, sólo en raras ocasiones pueden causar daños más importantes.
La conjuntivitis infecciosa puede ser causada por bacterias o virus. La mayoría (un 80%) de las conjuntivitis infecciosas son causadas por bacterias que normalmente viven en la nariz o en la piel.
Los casos restantes son virales.
La conjuntivitis es la infección ocular más frecuente en los niños. A pesar de que la mayoría de las conjuntivitis son contagiosas, normalmente no causan daño ni al ojo ni a la visión.

¿Qué síntomas produce?
El niño se queja de molestias en los ojos, que no se alivian al frotárselos, incluso puede dolerle un poco. Posteriormente se produce enrojecimiento e inflamación de la conjuntiva (ojo rojo). Con frecuencia siente como si tuviera algo metido en el ojo. También puede presentar secreción (legañas) blanca, amarilla o verdosa. En las conjuntivitis bacterianas esta secreción puede ser abundante y espesa, amaneciendo con los ojos pegados. En la conjuntivitis vírica la secreción suele ser menos importante.
Como el ojo se comunica con la nariz por el conducto lagrimal y la nariz con el oído a través de la trompa de Eustaquio, algunos niños, especialmente los más pequeños, tienen otitis al tiempo que conjuntivitis. Por eso, si un niño tiene conjuntivitis y se queja del oído (o si es un bebé y llora más de lo habitual), debe ser examinado por su médico.
Período de incubación:
Para la conjuntivitis purulenta (bacteriana) es de unos pocos días. En la vírica puede llegar a una semana.

Duración:
Las conjuntivitis bacterianas sin tratamiento duran de 7 a 10 días.
Las víricas pueden durar hasta 2 semanas.

¿Cómo se previene?
Los niños no se deben llevar las manos sucias a los ojos. Cuando un niño padece una conjuntivitis infecciosa, tanto él como quien lo cuide deben lavarse las manos después de tocarse o tocarle los ojos (para aplicarle un colirio o pomada, por ejemplo). A veces es imposible prevenir que se contagie entre convivientes.

¿Se contagia?
Todos los tipos de conjuntivitis infecciosa son contagiosos. El contagio se produce por contacto directo o indirecto con las secreciones del ojo afectado.
Las conjuntivitis bacterianas son contagiosas desde que aparecen los síntomas hasta que cesa la secreción o se administra un tratamiento.
Las conjuntivitis víricas pueden ser contagiosas incluso antes de aparecer los síntomas, hasta que mejoran.
Aunque es un tema muy controvertido, los niños con conjuntivitis probablemente no deberían acudir a la guardería hasta que mejorasen sus síntomas.

¿Cuándo acudir al pediatra?
Si su hijo tiene conjuntivitis con secreción (no una pequeña irritación) debe consultar.
El tratamiento médico acorta la duración de la infección y previene las posibles complicaciones.

¿Cómo se trata?
Para mejorar las molestias se pueden administrar analgésicos o poner compresas frías o tibias. También deben limpiarse las secreciones y costras y despegarse los párpados con agua hervida tibia, suero fisiológico estéril o un líquido adecuado de la farmacia.
El tratamiento médico para la conjuntivitis consiste en la prescripción de unas gotas (colirio), pomada o gel antibiótico.
Normalmente el tratamiento dura una semana, las gotas deben ponerse frecuentemente (4-6 veces al día) y la pomada o gel 2-3 veces en 24 horas. La pomada puede nublar la vista (es mejor para la noche o en
bebés). El gel tiene la ventaja de que se pone menos veces que el colirio (como la pomada), no nubla la vista, pero sólo hay un preparado, con lo cual restringe las posibilidades de tratamiento a un solo antibiótico.
Generalmente los niños toleran bien el tratamiento, pero puede ser un auténtico reto poner una gota dentro del
ojo, varias veces al día y durante una semana.
A un niño que se resiste, se aconseja tumbar al niño, con la cabeza inclinada hacia atrás y mirando hacia arriba; se le pide que cierre los ojos y se aplica una gota en el borde
interno del párpado ("el lagrimal") y luego se le pide que los abra y cierre durante unos segundos.
La conjuntivitis de los recién nacidos a veces es más importante. Por eso en las maternidades se administran unas gotas en los ojos al bebé para prevenir los contagios por gérmenes procedentes de los genitales de su madre durante el parto.
Algunos niños nacen con el canal lagrimal obstruido, eso produce lagrimeo y, frecuentemente, infección persistente con secreción purulenta como en las
conjuntivitis. Suele mejorar con el tiempo, debe hacerse un masaje como exprimiendo el canal lagrimal hacia fuera. Si persiste el problema a los 6-12 meses, el oculista quizás tenga que desobstruir el conducto lavándolo con una sonda muy fina.
En la mayoría de los casos la conjuntivitis curará sola, pero se considera indicado el tratamiento para acortar la duración y prevenir contagios y complicaciones.
Otras conjuntivitis
La conjuntivitis que aparece en primavera al aire libre, con más picor y escozor que secreción, sugiere alergia a algún tipo de polen. Las conjuntivitis mantenidas, que empeoran al llevarse las manos manchadas de polvo a los ojos, sugieren alergia a los ácaros que viven en el polvo de casa. En ambos casos suele haber estornudos, obstrucción y secreción acuosa nasales.

Signos de alerta
Un dolor importante, la imposibilidad de abrir el ojo, que la luz resulte muy molesta (fotofobia), la hinchazón significativa de los párpados y los tejidos adyacentes de la
cara, especialmente con fiebre, o la falta de mejoría en 4-5 días, deben ser motivo para contactar con el médico del niño

martes, 5 de febrero de 2013

ANEMIA

¿Qué es la anemia?

Anemia significa una disminución en los niveles
de hemoglobina en sangre, que es la
sustancia que se encarga de transportar oxígeno dentro
los glóbulos rojos hacia nuestros tejidos.

Es importante saber: Los niveles normales de hemoglobina
varían con la edad del niño, por ejemplo, durante la
lactancia son mas bajos y se
consideran es normal. Consulte con su
pediatra.

¿Por qué se produce la anemia en el
niño?

Existen muchas causas de anemia siendo, en los
niños, la anemia por falta de hierro (anemia
ferropénica) la causa más frecuente. Suele ser debida a
la escasa cantidad de hierro
que existe en la leche (durante la lactancia
tanto materna como artificial) aunque
también la malnutrición (países
subdesarrollados), enfermedades del intestino
y otras, pueden ser la causa.
El tratamiento, en este caso, consiste en la administración
oral de hierro durante meses.
Cabe decir, sin embargo, que actualmente las leches
artificiales suelen contener cantidades extras
de hierro que previenen esta situación.
Otras causas de anemia pueden ser déficits
vitamínicos (muy raros), anemias hemolíticas
(los glóbulos rojos se rompen y pierden la
hemoglobina), etc... El tratamiento dependerá
de la causa.

¿Qué síntomas produce la anemia?

La anemia se manifiesta como palidez intensa
de piel (no confundir con la palidez
constitucional de algunas personas) y de
mucosas (lengua, labios y conjuntivas...
inconfundibles), cansancio más o menos
importante, falta de concentración, etc.

¿Como se trata?

Ya lo adelantamos anteriormente. Depende
de la causa y su pediatra será quien la
determine.
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